Las aves migradoras presentan unas áreas o cuarteles de cría en primavera-verano donde se reproducen y unas áreas de invernada donde pasan el invierno. A los desplazamientos que se producen entre ambas se les denomina movimientos o viajes migratorios.
Es un fenómeno muy común en la naturaleza y de hecho hay muchas especies de mariposas, peces, murciélagos o tortugas que son migradoras. Sin embargo, en el caso de las aves el medio aéreo empleado, la capacidad de volar y las grandes distancias recorridas por muchas especies hacen que en este grupo esté particularmente bien representado. Mientras que los migradores de corta distancia pueden simplemente abandonar las áreas montañosas para buscar inviernos más benignos en zonas más bajas, los de larga distancia recorren a menudo decenas de miles de kilómetros.
Los movimientos migratorios se dividen en etapas ya que suelen durar varios días o incluso semanas. Por ello, las aves deben parar a descansar y alimentarse en puntos adecuados que se denominan áreas de reposo o de sedimentación.